¿Siempre haces Dietas o Planes de Alimentación que no te dan los resultados esperados?. Para comenzar debes saber que ninguna dieta es milagrosa, todas requieren hacer cambios en el estilo de vida, ya sea en tu alimentación o realizando actividad física.

 

Para bajar de peso necesitamos gastar más calorías de las que consumimos, es decir comer menos y movernos más. Para dejar de ser sedentarios se recomienda hacer ejercicio 3 veces por semana por mínimo 30 minutos.

 

Ahora que sabemos a lo que nos enfrentamos, enfoquémonos en lo que no debemos comer.

 

Azúcar: Uno de los principales factores que contribuyen a la obesidad es el alto consumo de azúcares simples, como dulces, bebidas, jugos, pasteles, helados, chocolates y snack.

 

Sal refinada: Produce retención de líquidos y contribuye la hipertensión arterial.

 

Alimentos procesados: Tienen muchos colorantes, preservantes, alto aporte calórico, contenido de azúcar y sal por lo que contribuyen a la ganancia de peso y a la retención de líquidos.

 

Alcohol: Aporta 7kcal por grado de alcohol, es por esto que debemos evitarlo y preferir líquidos que no nos aportan calorías como por el ejemplo el agua.

 

Frituras: No se debe freír ningún alimento ya que además de aumentar de peso podrías contribuir a aumentar tu colesterol.

 

Embutidos: Aportan muchas calorías y grasa a nuestro cuerpo. Generalmente se realizan con los restos de otras carnes de mala calidad y más que aportar proteínas lo que aportan es grasa.

 

Harinas Blancas, Pan blanco, Arroz y Fideos: Estos alimentos son ricos en almidones por lo que se transforman en azúcar cuando se almacenan en nuestro cuerpo. Pueden causar aumentos bruscos de los niveles de glucosa en sangre. Se recomienda consumirlos en porciones adecuadas y de forma integral, ya que aportan fibra y nutrientes.

 

Departamento de Nutrición

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